Subastas no deben ser foco de corrupción

El mercado de las subastas de activos en desuso nace como una práctica para recuperar el capital que se invirtió en bienes que una compañía ya no usa para su operación. Así funciona el mercado de las subastas de activos, que es un procedimiento muy común en los negocios, pero que en Colombia por la falta de transparencia se volvió un foco de corrupción como se demostró con el caso de los vehículos del Senado de la República.

La dirección de las organizaciones en muchas oportunidades desconocen cómo funciona este negocio y los beneficios que pueden traer los procesos de subastas, y ese desconocimiento lo aprovechan empresas irregulares de remates y funcionarios internos de las compañías e instituciones para acordar comisiones y arreglos por debajo de la mesa. El resultado son actividades irregulares de poco acceso y con altos niveles de corrupción donde pierden las organizaciones y ganan unos pocos.

“Una empresa que subasta tiene la responsabilidad de proporcionar un acceso confiable a los compradores y garantizar la transparencia entre los oferentes. Un mal manejo de estos procesos termina en casos como el de los vehículos del Senado donde pierde la institucionalidad y ganan quienes lucran grandes comisiones de estos negocios que se hacen casi a puerta cerrada y no abiertamente como corresponde”, afirma Helena Balcazar, gerente de Superbid, Subastas Industriales Online.

Para que exista una cultura de subastas lejos de la corrupción en el país las organizaciones deben saber:

1. Las subastas deben ser democráticas, es decir, las empresas que realizan este tipo de actividades deben hacer públicas sus subastas por todos los medios posibles para que la mayor cantidad de personas puedan participar.

2. La empresa que subasta debe garantizarle a las partes, vendedor y comprador, que los activos sean legales y acompañar el traspaso de los bienes a los nuevos dueños.

3. Los directivos de una organización deben saber que si hay activos en desuso alguien está dispuesto a pagar por ellos y deben evitar que el personal interno inescrupuloso sepa que ahí hay una forma rápida de hacer dinero.

4. Las empresas que subastan deben asesorar a quienes rematan activos para que sus lotes tengan las mejores ofertas.

5. Es importante que a la hora de contratar una empresa para realizar la subasta, se investigue su trayectoria, solvencia moral y financiera. Es ideal que la empresa este vigilada por los entes de control correspondientes.

6. El proceso de contratación en el sector público tradicionalmente ha sido reservado a unos pocos contratistas, esto no da garantías de procesos de subastas legítimos.

El negocio de los remates puede ofrecer muchas oportunidades tanto a empresas e instituciones que quieren liquidar sus activos, como a compradores que pueden buscar en este mercado oportunidades de negocio, razón por la que desde la industria se debe hacer más pedagogía en el país, y así generar una cultura de subastas libre, transparente y sin corrupción.

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