En una rutina de patrullaje, unidades de la Estación de Guardacostas de Cartagena detuvieron una embarcación Solar Storm y al inspeccionarla hallaron una cuerda que sostenía un paquete extraño sumergido bajo el agua. En este eran transportados 73 kilogramos de clorhidrato de cocaína.
De esta manera las autoridades descubren una nueva modalidad de tráfico marítimo de droga. Un grupo de buzos de la armada realizó un registro subacuático y halló ocho paquetes con cocaína que habían sido fondeados con peso muerto para que no flotaran.
El capitán del velero, de origen lituano, la embarcación y la droga quedaron a disposición de la Fiscalía General.