Escopetarra es el acrónimo de «escopeta» y «guitarra». El bogotano César López, músico y activista pacifista, exintegrante de Poligamia, es el inventor de esta creativa obra de arte, un instrumento musical en el que combina un rifle AK-47 y una guitarra, y con el que recorre el país e imprime un mensaje social en donde llega.
En esta ocasión, de visita en Montería, este magnífico personaje habló para La Prensa Web. Esto nos contó:
¿Cómo y cuándo nació la escopetarra?
Desde 2013, ya van 13 años caminando con esta guitarra. Hacíamos un ejercicio que se llamaba el batallón artístico de reacción inmediata y salíamos a cantar en momentos de crisis. Llegando al Club el Nogal en enero de 2013, un soldado para impedir que pasara me quebró la guitarra. Cuando nos quedamos mirando frente a frente con el instrumento colgado de la misma manera, ahí empezó una cosa que ha sido maravillosa.
¿Qué pasó cuando la escopetarra se hizo famosa?
Cuando se hizo visible a través de los medios en realidad tuve que sobreponerme a eso para encontrar el sentido profundo del objeto, que es un medio y no un fin. A pesar de que es curioso, en realidad es una llave que nos permite abrir una puerta en una cárcel, en una pandilla, para tratar de conocernos. La escopetarra tiene muchas lecturas y a nivel mundial han escrito mucho sobre ella y yo, a medida que voy viajando con ella, sigo atesorándola, la voy queriendo y odiando más.
¿Sigue siendo igual a cuando nació?
No la he transformado, es igual, incluso su sentido. En la escopetarra no hay un hecho genial en ella. En el mundo hay muchos instrumentos hechos con armas desde hace muchos años. Esta tiene de particular que está hecha con un fusil emblemático de las guerras mundiales, nace cuando la guerra no ha terminado, muchos objetos nacen al final de las guerras no en medio de.
¿Para qué ha servido la escopetarra en Colombia?
El ejercicio del arte jala energéticamente a la recuperación de la gente. Es tan extensa la aplicación de lo que puede hacer el arte en contextos como el nuestro: reconstruir memoria, saber qué pasó, cómo, dónde, etc. Las canciones son espejos: cuando escuchas a tu opositor narrarse en una canción lo descubres como un par y te acercas a él.
¿Ha sido valorado el significado del instrumento?
La influencia que tiene el arte ayuda a que seamos seres compasivos, solidarios. Defiendo mucho el papel de lo que hacemos desde el arte. Colombia sigue viendo el arte como entretenimiento y ocupación del tiempo libre, de hecho lo es, pero no es su razón de ser. Estamos reivindicando el poder de una cosa que es transversal en el ser humano y en las comunidades: trabajar las emociones, sus sentimientos más profundos, más complejos.
¿Son música y paz aliados?
Colombia ha tenido una comunidad de músicos silenciosos frente a la guerra. Ahora hay un poco más. Antes era considerada música mamerta, hippie, social, de izquierda. Ahora bien, la escopetarra como instrumento no está hecho para agradar, me gusta cuando la gente lo interpela.
¿A dónde ha sido mejor recibida la escopetarra?
Los chicos de las comunidades son los aliados de la escopetarra, son modelos a seguir, con claridades sociales y políticas impresionantes. No son escuchados, pero se enfrentan a lo que sea con su música.
¿Te identificas con ellos?
Siempre he sido muy retraído, silencioso, pero esto sí está conectado con mi historia personal. Cuando entré en esta lógica me enamoré de esto, que es un proceso de paz en sí mismo.