Amber Tamblyn, actriz de Dr. House, afectada por declaraciones de Donald Trump

El mundo se escandalizó por una conversación revelada por el Washington Post en la que Donald Trump, candidato presidencial de Estados Unidos a las elecciones de 2016, lanza comentarios soeces en los que legitima el acoso sobre las mujeres. En la conversación se logra escuchar a Trump admitiendo intentos por acostarse con mujeres casadas y asegurar que por ser famoso puede hacer con las mujeres lo que sea. Aunque el candidato ha intentado excusarse como una broma que muchos hombres hacen en privado, la noticia ha generado rechazo en el mundo, sobre todo en las mujeres.

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Amber Tamblyn, Actriz

Muchas son las estrellas que se han declarado consternadas por los comentarios del magnate americano, pero más allá de la indignación, la actriz Amber Tamblyn, conocida por participar en series como Dr. House y Two and a half men, ha querido mostrar la afectación que puede tener estas «bromas» en la vida de una mujer, y quiso compartir, luego de conocer la conversación de Trump, en su cuenta de instagram una historia personal que le ocurrió con su expareja.

I need to tell you a story. With the love and support of my husband, I’ve decided to share it publicly. A very long time ago I ended a long emotionally and physically abusive relationship with a man I had been with for some time. One night I was at a show with a couple girlfriends in Hollywood, listening to a DJ we all loved. I knew there was a chance my ex could show up, but I felt protected with my girls around me. Without going into all the of the details, I will tell you that my ex did show up, and came up to me in the crowd. He’s a big guy, taller than me. The minute he saw me, he picked me up with one hand by my hair and with his other hand, he grabbed me under my skirt by my vagina— my pussy?— and lifted me up off the floor, literally, and carried me, like something he owned, like a piece of trash, out of the club. His fingers were practically inside of me, his other hand wrapped tightly around my hair. I screamed and kicked and cried. He carried me this way, suspended by his hands, all the way across the room, pushing past people until he got to the front door. My friends ran after him, trying to stop him. We got to the front door and I thank God his brothers were also there and intervened. In the scuffle he grabbed at my clothes, trying to hold onto me, screaming at me, and inadvertently ripped off my grandmother’s necklace, which I was wearing. The rest of this night is a blur I do not remember. How I got out to the car. How I got away from him that night. I never returned for my necklace either. That part of my body, which the current Presidential Nominee of the United States Donald Trump recently described as something he’d like to grab a woman by, was bruised from my ex-boyfriend’s violence for at least the next week. I had a hard time wearing jeans. I couldn’t sleep without a pillow between my legs to create space. To this day I remember that moment. I remember the shame. I am afraid my mom will read this post. I’m even more afraid that my father could ever know this story. That it would break his heart. I couldn’t take that. But you understand, don’t you? I needed to tell a story. Enjoy the debates tonight.

Una foto publicada por Amber Tamblyn (@amberrosetamblyn) el

La traducción del texto de Amber es la siguiente:

«Necesito contarles una historia. Con el amor y apoyo de mi marido, he decidido compartirla públicamente. Hace unos años terminé una emocional, abusiva y larga relación con un hombre con el que había estado por un tiempo. Una noche, estaba en un club en Hollywood con unas amigas, escuchando al DJ que a todas nos encantaba. Sabía que había una posibilidad de que apareciera mi ex, pero me sentía protegida por mis chicas que me rodeaban. Sin entrar en mayores detalles, les voy a contar que mi ex sí apareció y me buscó en medio de la multitud.

Él es un tipo grande, mucho más alto que yo. En cuanto me vio, me cogió del pelo con una mano y la otra la metió debajo de mi falda agarrándome por mi vagina, “mi pussy” (como Donald Trump se refirió en el video) me levantó del suelo, literalmente y me cargó como algo que le pertenecía, como un pedazo de basura, afuera de la discoteca. Sus dedos estaban, prácticamente, dentro de mí, su otra mano cogía mi pelo con mucha fuerza. Grité, pateé y lloré. Me cargó de esta forma, levantada por sus manos, a lo largo de todo el club, empujando a la gente hasta que llegó a la entrada principal. Mis amigas iban corriendo detrás, tratando de detenerlo. Llegamos a la entrada y le agradezco a Dios que sus hermanos también estaban allí e intervinieron. En medio de toda la pelea él me tomó de mi ropa, tratando de sujetarme, gritándome, pasó a romper el collar de mi abuela que llevaba puesto. El resto de la noche está borrosa y no la recuerdo. No sé cómo llegué al carro. Cómo escapé de él. Nunca fui a buscar el collar tampoco.

Esa parte de mi cuerpo, la que el candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, recientemente describió como algo por lo que le gustaría agarrar a las mujeres, estuvo con moretones, causados por la violencia de mi exnovio, durante al menos una semana. Tenía problemas para usar jeans. No podía dormir sin un cojín entre mis piernas para crear espacio.

Hasta este día recuerdo ese momento. Recuerdo la vergüenza. Tengo miedo que mi madre lea esta publicación. Tengo aún más miedo que mi padre se llegue a enterar. Le rompería el corazón. No podría soportarlo. Pero tú entiendes, ¿no? Necesitaba contarte esta historia. Disfruta el debate de hoy esta noche”.

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