Los hombres a cambiar ¡YA!

Por: Felix Avilez – Columnista invitado

El sábado pasado asistí al evento Memorias de un abuso: mujer, violencia y territorio, y tuve la oportunidad de ver Ángela, una película escenificada en la Lorica de 1940 y que retrata la violencia contra las mujeres, pues desde la época colonial los propietarios de la tierra hicieron uso del “derecho de pernada” para abusar de las mujeres que habitaban en su tierra. Aún hoy se siguen reproduciendo y normalizando comportamientos que reproducen esa horrorosa idea de que las mujeres están para satisfacer las necesidades de los hombres.

Después de la proyección, en el conversatorio a cargo de Salma Tafur, codirectora y productora de la obra, y Ángela María Rodríguez, quien no se cansa de formular proyectos para visibilizar a las mujeres, reflexionamos sobre ese monstruo del miedo tan difícil de vencer y que es por ello fundamental nombrar la violencia.

Se habló también de mentalidades. Señalaban las conferencistas que entre los hombres se ha creado una lealtad que no existe entre las mujeres e hicieron un llamado para  el cuidado, apoyo y la unión entre ellas. Yo pienso que esas lealtades entre los hombres para ocultar, aprobar o incentivar comportamientos de violentos hacia las mujeres deben ser trascendidas.Después de escucharlas pregunté a las panelistas qué podemos hacer nosotros los hombres,  y así me percaté de que aún sigo en proceso de aprendizaje.

Por eso hago una invitación: En materia de política pública en muchos casos se invisibiliza a las mujeres. ¡La presencia de mujeres en los proyectos es importante! Quienes participamos de lo público debemos trabajar para que ellas cuenten con un plan de acción real, viable, y sostenible, construido desde las organizaciones de mujeres.

A la vez debemos ayudar en la creación de plataformas desde donde las mujeres puedan alzar su voz y hacer esas transformaciones.

Invito a todos los hombres a que creemos el primer círculo en Montería de Nuevas Masculinidades, un espacio para trabajar en nuevos modelos de masculinidad basados en aceptar nuestra vulnerabilidad, aprender a expresar emociones y sentimientos, pedir ayuda y apoyo, aprender métodos no violentos para resolver los conflictos, y aprender y aceptar actitudes y comportamientos tradicionalmente etiquetados como femeninos.