Juan David Parra Álvarez es un artista monteriano que ha ido cosechando su carrera musical con esmero. Su nombre artístico es Dúan Álvarez, está radicado en Medellín hace siete años y en su reciente visita a Montería, la ciudad que lo vio crecer, visitó las instalaciones de La Prensa Web para contarnos un poco sobe su trayectoria artística, en la que no solo ha estado junto al maestro Fruko, sino que también ha llegado a países como Ecuador, Perú y Bolivia.
Ahora, como solista, Dúan fusiona la bachata con otros ritmos del Caribe e imprime un sello auténtico en sus canciones: Sin testigos, Historia y Déjame. Esto fue lo que nos contó:
¿Es Montería tu ciudad natal?
No nací en Montería y solo lo corroboré hasta hace poco, cuando mi madre me rectificó. Me explica ella que para cuando yo iba a nacer, decidió irse a Medellín a dar a luz. Buscaba mejores condiciones en el servicio de salud, así que nací allá y a los quince días me trajo de vuelta a Montería.
¿Y cómo ha sido tu relación entre Montería y Medellín?
Acá en Montería todos me conocen como Juan David Parra Álvarez, de hecho me decían en el colegio el ‘Parra’. De niño estuve viviendo en Medellín durante año por una especialización de mi madre, pero mis estudios los hice en la Salle, aquí en Montería y en la Universidad Pontificia Bolivariana también de acá.
¿Desde cuándo cantas?
Siempre me ha gustado la música: estando en el colegio, en la universidad, en concursos de canto. Pero, fue desde los 19 años, después de salir del colegio, que me dediqué a cantar como profesional en orquestas, grupos, eventos privados, casetas. En esos inicios estuve en tarima con artistas como Iván Villazón y Pipe Peláez. Toda esta tierra es muy linda y especial para mí.
¿Cuál es el género musical con el que más te identificas?
Al ser costeño y al haber trabajado aquí en Montería me tocó cantar muchos géneros tropicales: porro, salsa, merengue, bolero, ranchera. Por todos ellos me he paseado por cuestiones de trabajo. Eso me ha dado la experiencia de escoger ahora que estoy haciendo mi trabajo como solista. Elegí la bachata, un género de República Dominicana, la música popular de ese país. Lo que hago es mezclarla con ritmos tropicales de la costa, que son deliciosos.
¿Cómo llegaste a ser solista?
Este trabajo musical es gracias a Pablo Grajales, músico, productor, pianista, quien ha hecho producciones para Maelo Ruíz, Tito Nieves y muchos otros artistas. Tuve la oportunidad de unirme con él y hacer un cover que se llama Sin testigos, de Luciano Pereira. Hicimos ese tema y al ver la mezcla que se hizo nos sentamos a conversar sobre lo mucho que me había identificado con lo que salió. Un mes después ya estábamos haciendo mi primera canción, que es Historia y que pueden ver en mi canal de youtube.
¿Y Medellín cómo te ha recibido?
Al igual que acá o en cualquier región, hay mucha gente en el gremio musical apática a los cambios, personas que prefieren el confort. No quise eso, por eso volví a Medellín, no quería encajonarme en el mismo sitio: matrimonios, presentaciones, etc. Quería buscar nuevos horizontes. Hace siete años estoy allá y fue allá donde sucedió la magia de lo que debía suceder.
¿Quiénes han apoyado tu carrera?
Hoy debo darle las gracias a Mirabay Montoya, entrenadora vocal, fue gracias a ella que me conocí con el maestro Julio Ernesto Estrada Fruko, de Fruko y sus Tesos, con quien trabajé por un tiempo largo, inicialmente haciendo coros, viajando por todo el país. Así fueron sucediendo cosas, llegué a ser uno de los cuatro cantantes principales de Sonora Dinamita, grupo con el que me presenté en Ecuador, Perú, Bolivia y toda Colombia.
¿Y ahora cómo avanza tu carrera?
Vivo en Medellín, sigo trabajando con la música. Ya no trabajo de lleno con estas orquestas, pero de vez en cuando me llaman y yo voy.
Tu canción Déjame tiene indiscutiblemente tu sello: bachata y trópico. ¿Cómo es eso?
Quiero componer una canción especial para todos los gustos. Déjame es tropical, evoca playa brisa y mar, pero con una letra indiscutiblemente romántica.